Guía para las primeras 72 horas en el Camino Primitivo

Inspirado en: El Camino para LatinosRecomendación destacada: Albergue Villa Palatina, en Paladín
El Camino Primitivo es, para muchas personas, la versión más genuina del Camino de Santiago. Es un recorrido exigente, sí, pero también profundamente especial. No tiene la infraestructura del Camino Francés ni la afluencia del Portugués, pero cuenta con algo distinto: una conexión íntima con el entorno, la historia y con uno mismo.
Si estás a punto de iniciar esta aventura, lo mejor que puedes hacer es comenzar con buen pie. Este artículo está pensado para quienes quieren disfrutar del Camino desde el primer día, sin prisas, sin errores evitables y con la mente y el cuerpo preparados para la experiencia.

Oviedo: donde el Camino Primitivo comienza
No es casualidad que el Camino Primitivo empiece en Oviedo. Desde aquí, en el siglo IX, el rey Alfonso II el Casto emprendió la que sería la primera peregrinación hacia la tumba del apóstol Santiago. Caminar desde esta ciudad es, de alguna manera, seguir los pasos del origen mismo del Camino de Santiago.
Pero Oviedo no es solo historia. Es cultura, gastronomía y el primer contacto con el paisaje asturiano: montañas verdes, aire fresco, humedad constante. Darse un día para aclimatarse en la ciudad no es perder el tiempo, es prepararse adecuadamente.

Antes de caminar, planifica bien
Las primeras 72 horas del Camino Primitivo pueden marcar toda la experiencia. Lo ideal es llegar a Oviedo al menos un día antes de comenzar a caminar.

¿Cómo llegar a Oviedo?
Desde Madrid, la forma más cómoda es el tren Alvia, que tarda unas cuatro horas y media desde la estación de Chamartín. También puedes tomar un autobús con ALSA, con salidas tanto desde el aeropuerto como desde la Estación Sur.
Lo importante no es solo el medio de transporte, sino el ritmo: llegar con margen, instalarte sin prisas, cenar tranquilo y descansar. Porque el Camino Primitivo empieza mucho antes del primer paso.

Día -1: llegar y bajar revoluciones
El día previo no es para hacer turismo intensivo. Al contrario, conviene tomarlo con calma. Instálate en tu alojamiento, ajusta el contenido de la mochila, prueba el calzado con un paseo corto y escucha cómo se siente tu cuerpo.
Si necesitas conseguir la credencial del peregrino, puedes hacerlo en varios puntos:

La Catedral de San Salvador (Plaza de Alfonso II el Casto)

La Oficina de Turismo (Plaza de la Constitución, 4)

La Basílica de San Juan el Real (Calle Doctor Casal)

El albergue municipal de Oviedo (si te alojas allí)

Con algo de energía aún disponible, puedes visitar con tranquilidad algunos lugares emblemáticos sin agotarte: el Parque San Francisco, el Mercado El Fontán, o las iglesias de Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo, joyas del prerrománico asturiano que resumen el espíritu de esta ruta.

Día 1: de Oviedo a Paladín (~19 km)
El primer día de marcha es único. Todo es nuevo: la mochila en la espalda, las primeras señales amarillas, el crujir del suelo bajo las botas.
Sin necesidad de recorrer una gran distancia, una meta muy recomendable es el pequeño pueblo de Paladín, donde encontrarás Villa Palatina, un albergue con todas las comodidades: un entorno natural, trato cercano, comida casera de calidad y una terraza perfecta para relajarte tras el esfuerzo.
Si no te alojas, al menos pasa a comer. El cachopo merece su fama.

Día 2: de Paladín a Casazorrina (~25 km)
Con el cuerpo ya en marcha, esta segunda etapa permite coger ritmo. Se alarga un poco más, y el terreno combina tramos rurales, pueblos y alguna pendiente que se siente, pero es llevadera.
Una parada habitual es Cornellana, pero si prefieres un entorno más tranquilo, Casazorrina es una buena elección para dormir. Solo deberías continuar hasta Salas si llegas con muchas ganas y fuerzas, ya que el recorrido supera los 28 km.
Consejo útil: en Grado, más o menos a mitad de camino, puedes desayunar, comprar algo o sacar dinero.

Día 3: de Casazorrina a Tineo (~23 km)
A estas alturas, el Camino ya forma parte de tu rutina diaria. Se camina con más seguridad y confianza. Esta etapa, aunque larga, se lleva bien si has respetado los ritmos anteriores.
Tineo es una localidad con todos los servicios. Es una buena base para reorganizarte, lavar ropa, descansar o reponer provisiones. Si estás en buena forma, puedes continuar hasta Campiello, pero no es imprescindible. Tineo tiene todo lo que necesitas para seguir con fuerza al día siguiente.

Día 4 (opcional): de Tineo a Colinas de Arriba (~22 km)
Si decides seguir un día más antes de afrontar tramos aún más duros, este recorrido te lleva por paisajes preciosos, alejados del bullicio y profundamente rurales. Es una etapa ideal para quienes quieren seguir sin apurar demasiado.

Camina ligero: te lo agradecerás
Uno de los errores más comunes es cargar con demasiado peso. Hoy existen alternativas muy prácticas:

Enviar el equipaje principal a Santiago y caminar con una mochila más ligera

Contratar el traslado diario de mochilas entre etapas

Consultar con tu alojamiento cómo gestionar estos servicios

Empresas como Correos o TaxiCamino ofrecen soluciones fiables. Caminar sin sobrepeso no es hacer trampa, es cuidarte para disfrutar.

Empezar bien lo cambia todo en el Camino Primitivo
Las primeras 72 horas no son solo un tramo físico. Son la base emocional y mental de todo el Camino. Dormir bien, caminar con calma, y elegir alojamientos con alma —como Villa Palatina— puede marcar la diferencia entre un Camino Primitivo agotador y uno inolvidable.
Empieza sin prisa, atento a cada paso, cada paisaje, cada conversación. Porque el Camino, si se vive bien desde el inicio, te acompaña para siempre.

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